Hacer posible lo imposible.
McLaren anticipa cómo será la F1 en 2050: inteligencia artificial, bólidos a 500 km/h, inspiración animal y neumáticos que se autorreparan
En 2050, la F1 cumplirá sus primeros cien años de vida, y estamos seguros de que los bólidos de la competición más prestigiosa del mundo no se parecerán en nada a los de sus orígenes… ni a nada que hayamos visto. Desde hace años, las marcas se afanan en anticipar cómo serán los F1 del futuro. Periódicamente salen a la luz diseños nuevos avalados por la imaginación, pero también propuestas de ‘gurús’ como el ex Red Bull Adrian Newey o inspirados en videojuegos o en las populares competiciones de eSports. Pero lo que ha preparado McLaren rompe con todo lo que habíamos visto.
La fábrica británica ha desvelado su idea de cómo serán los F1 de 2050, aunque en realidad lo que ha dado a conocer es un cambio completo de concepto. Para entonces, la realidad virtual, la electrificación de los vehículos y la inteligencia artificial serán ya comunes en la sociedad, y por eso los monoplazas del futuro incorporarán todo ese arsenal tecnológico.
McLaren ironiza sobre el MCLExtreme, el F1 de 2050, y lo único que no hará será… volar. La marca explica que nadie quiere que los coches más veloces del mundo vuelen. El resto, por su aspecto, parece a su alcance. El coche será eléctrico, por supuesto, como lo serán todos ya en 2040. Tomará la tecnología de la Fórmula E y se espera cuente con sistemas de almacenaje capaces de una recarga rápida en 10 segundos suficiente para competir. La carga será sin cables, electromagnética, a través del aire.
Gracias a una aerodinámica activa para la que se dará libertad sus prestaciones serán increíbles. En el caso del MCLE, estará inspirada en las branquias de los tiburones blancos: se cerrarán en las rectas para alcanzar los 500 km/h y se abrirán en las frenadas y las curvas para dar estabilidad.
Pero lo más avanzado será el entorno que el coche creará con el piloto y con el circuito. Se aplicará la inteligencia artificial y el coche y el piloto no necesitarán instrucciones desde el pit lane para tomar las mejores decisiones, unidos por conexiones neuronales. De hecho, hombre y máquina funcionarán un poco como en ‘Avatar’: estarán conectados simbióticamente a través del traje y el casco y la inteligencia del coche averiguará el estado de ánimo del piloto.
Los coches serán más bonitos porque no necesitarán la multitud de apéndices aerodinámicos que ahora llevan, el habitáculo será transparente y permitirá ver los movimientos de pies de los pilotos. Además, las emociones de los pilotos se proyectarán en el coche y los neumáticos en forma de diferentes luces.
Los neumáticos.
McLaren otorga a los neumáticos un papel importante en la F1 del futuro. De hecho, es una de las cosas que más se parece, al menos en aspecto, a la actualidad. La firma británica ha contado con Pirelli, actual proveedor de la F1, para anticipar qué tipo de cubiertas llevarán los bólidos de 2050. En su caso, tendrán dos funciones: el agarre y la potencia. Los neumáticos de la F1 se harán de un compuesto autorreparable, con un diseño dividido en dos bandas. En el centro, bobinas de carga inductiva para las unidades de potencia.
Pero si hay algo que va a cambiar en la F1 de 2050 son los circuitos. Las carreras en trazados urbanos han tomado mucha relevancia, de hecho, la F1 los prefiere para llevar el espectáculo a las grandes ciudades del mundo. Estos nuevos trazados serán más sinuosos y veloces, con grandes viales elevados, pero las cualidades de los F1 permitirán exprimir todas sus prestaciones. Los circuitos serán más largos, pasarán por los centros urbanos y podrán acabar en nuevos parques de velocidad construidos en circuitos clásicos. Una F1 solo apta para nuevos pilotos: los Alonso del futuro serán más pilotos de caza que de coches.