OBJETIVO: DAKAR
LA AVENTURA DE UN NUEVO RETO
Una carrera deportiva puede cambiar mucho si no se toman las decisiones adecuadas. Así es como un piloto prepara el salto a su próximo reto: dejar de ser campeón de España y enfrentarse a la prueba más dura del mundo.
La carrera de los deportistas está llena, en general, de muchos cambios. En los deportes de equipo se concentran en los cambios de club a los que acostumbran futbolistas o jugadores de baloncesto, cuando no traslados de país para jugar en diferentes ligas. En las disciplinas más concretas, como el atletismo, suelen ser cambios de prueba: lo más habitual es subir distancias, del 800 al 1.500 o del cross al maratón. Y luego están las revoluciones, en las que la decisión lleva a sus protagonistas a cambiar incluso de deporte.
"Veía que cada vez había menos oportunidades en el Mundial de enduro, con pocos pilotos oficiales, y aunque mi marca estaba contenta conmigo no sabía cuáles eran sus planes. Entonces me ofrecieron probar en los rallys desérticos, tipo Dakar”
El caso más paradigmático es el de Michael Jordan, que no sólo fue capaz de dejar el deporte en el que era el rey, sino que después de probar en el beisbol (la ilusión de su juventud), regresó por todo lo alto a las canchas de baloncesto. De estos hay pocos, y no se atisba ningún ‘grande’ que vaya a dar un salto similar: ¿podría hacerlo Rafa Nadal en el golf?
Dentro de los deportes de motor pasa algo parecido. Y aunque lo parezca, no es lo mismo pilotar un F1 que hacer carrera en la resistencia, corriendo Le Mans, por citar uno de los casos más habituales: el próximo en hacerlo será Fernando Alonso. Más difícil todavía es pasar de especialidades de fuera de carretera a las de circuito, aunque Sébastien Loeb ha conseguido destacar en resistencia en coche tras ganar nueve mundiales de rallys consecutivos. O un cambio cada vez más frecuente, pasarse de las motos a los coches, que muchos han afrontado: el de más éxito John Surtees, único campeón mundial de 500 que también ganó el título en F1.
Detrás de estos cambios siempre encontramos lo mismo: el deseo de seguir adelante con la carrera deportiva.
Cada final de temporada, la edad, la competencia o las ofertas deportivas cambian el rumbo de muchos pilotos.
Acaban unas etapas y comienzan otras, pero ¿cómo se toman esas decisiones? “Veía que cada vez había menos oportunidades en el Mundial de enduro, con pocos pilotos oficiales, y aunque mi marca estaba contenta conmigo no sabía cuáles eran sus planes. Entonces me ofrecieron probar en los rallys desérticos, tipo Dakar”. Así lo cuenta Lorenzo Santolino, un piloto pluricampeón de España de enduro y puntero en el Mundial de la especialidad, el último en dar el salto al próximo reto. Su próximo objetivo es el Dakar, para el que ya ha empezado a prepararse.
La decisión, no obstante, no es fácil. Tras diez años en el Mundial de enduro, el cambio natural es irse al Dakar como ya han hecho muchos compañeros de especialidad. Pero es una especialidad totalmente distinta: cambia la moto, las carrera, la preparación y la infraestructura. Primero hay que negociar las condiciones, aunque en este caso Lorenzo tiene la ventaja de que su marca (la francesa Sherco) ha apostado por él. En 2016 hizo un primer ensayo en un rally en Marruecos y ganó la categoría de debutantes. Y en 2017 lo refrendó con un noveno puesto en el mismo rally, ya con la moto oficial.
Después de eso, la decisión estaba tomada, pero hay que negociar las condiciones. Se suceden los viajes a la sede del equipo para hablar de los términos del contrato. De cara a un primer Dakar, la clave es hacer un calendario de pruebas preparatorias que permitan conocer un tipo de carreras totalmente diferentes, en las que no sólo hay que correr, sino también hacer la navegación, orientarse a partir de un GPS y un libro de carrera que hay que consultar en marcha… complicado ir a un Dakar sin dominar esto. En la negociación se marca el programa de carreras del año y los objetivos deportivos y económicos. Y luego está la parte técnica.
Los rallys no son el fútbol, y aquí el piloto entrena por su cuenta, pero necesita motos y apoyo técnico. En el acuerdo entra una moto de rallys para entrenar, una unidad del último Dakar, y otra moto de enduro para no perder velocidad; hay acceso a piezas y recambios y a asistencia mecánica. Además, a las carreras de enduro se va con una pequeña estructura y en las de rallys le apoya el equipo oficial.
Entrenamientos, negociaciones, contratos, material… Todo es importante para dar un salto en la carrera deportiva, un cambio en el que la clave es la voluntad de aprender y la ambición de ser competitivo, lo que mueve a cualquier piloto.
ELLOS YA LO HICIERON
CARLOS SAINZ
El doble campeón del mundo de rallys hizo el tránsito natural tras años en los tramos y de probador, y ya se ha apuntado ya dos títulos en el Dakar. Las 24 horas de Le Mans podrían ser su próximo objetivo: ya probó un Toyota de resistencia hace años y sorprendió a todo el mundo.
LAIA SAINZ
Pluricampeona mundial de trial y enduro, se pasó al Dakar e hizo historia con un noveno puesto, el mejor resultado de una mujer. Su próximo objetivo: pasarse a los coches. Ya ha probado en circuito en carreras se resistencia y puede que lo haga en el Dakar.
VALENTINO ROSSI
Cuando dominaba el Mundial de MotoGP, Rossi jugó con la posibilidad de irse a la F1. Ferrari se apuntó al carro y el italiano hizo varias pruebas entre 2004 y 2010, en las que se mostró muy rápido. Siempre dijo que su objetivo era divertirse y el sueño italiano no se cumplió. Ahora mata el gusanillo con los rallys, que se le dan bastante bien.
JOAN ROMA
El primer ganador español de un Dakar se pasó de las motos a los coches y es uno de los pocos que lo ha ganado en ambas categorías.
JEAN M. BAYLE
Este piloto francés es uno de los pocos casos de paso de especialidad off road a los circuitos. Después de ganar dos mundiales y tres veces el campeonato americano de Motocross, se pasó al Mundial de velocidad: hizo 82 carreras y logró tres poles.