El aquaplaning es una de las situaciones más peligrosas en la carretera. Cuando viajamos bajo la lluvia, se puede crear una pequeña capa de agua que separe el neumático y nuestro vehículo de la carretera: cuanto nuestro coche pierde el contacto con el asfalto. Ahora, Continental permite detectar el riesgo con antelación y evitarlo. La clave es detectar cuando hay suficiente agua en la carretera para provocarlo. Para ello, el sistema de Continental se vale de las cámaras que ya llevan muchos coches para avisar cuando se da una situación de acumulación de agua; unos sensores (denominados eTIS) analizan las reacciones del neumático al rodar; gracias a la tecnología de los coches conectados que ya se empieza a aplicar, el sistema de Continental lanza una alerta de que por donde está pasando el coche en ese momento hay riesgo de aquaplaning. Los demás coches reciben ese aviso y se anticipan al problema.