Una vez cometido un acto delictivo, es deber de la Policía Judicial auxiliar al ministerio público u órgano judicial competente, investigando y aportando pruebas fehacientes que lo esclarezcan. El objetivo final es elaborar informes con las más avanzadas técnicas, equipos y procedimientos de investigación para el esclarecimiento de los delitos, sus autores y víctimas.

Son los CSI de la Guardia Civil. Para determinar el dónde, cómo y cuándo de un delito, hay que buscar en los escenarios del delito pistas: huellas dactilares, restos de ADN, casquillos de armas… Y también las huellas de neumáticos. 

Reconstruir los pasos del autor de un delito suele llevar a los investigadores a descubrir las marcas del paso de algún vehículo que dejan sus neumáticos.

Durante años, los agentes han colaborado con Grupo Andrés para averiguar de qué marca y modelo son las marcas de un neumático en la escena de una investigación. Ahora, de esto se ocupa el área de trazas, que guarda en su base de datos, por ejemplo, más de un millar de huellas de neumáticos, además de la imprescindible de huellas balísticas de proyectiles y casquillos, y otras tan curiosas como 10.000 modelos de suelas de zapatilla para cotejar: incluso las marcas llegan a comunicar las novedades que tienen para incorporarlas. 

Lo mismo que un modelo de zapatilla, su desgaste o el tipo de pisada, puede resolver un delito, también una huella de neumático en la escena delictiva puede decirnos mucho. El modelo puede llevarnos a un taller, el tipo de desgaste a un terreno concreto o al modelo de coche relacionado con el delito. Cuando aparece y se recoge, se analiza en las comandancias o en los laboratorios regionales. Si el caso es complicado, se acude al Laboratorio Central. Es allí donde el CSI del neumático puede arrojar luz para la justicia.