¿Os imagináis rodar 26.000 km en solitario montado en una vespa y atravesando toda Rusia? 

Pues ésta es la historia del tercer viaje solidario de JAF Fernández, en esta ocasión desde Pamplona a Mongolia. Desde Grupo Andrés quisimos apoyar esta aventura. 

Durante el mes y medio que duró su aventura convivió y compartió su experiencia con la gente local y con muchos moteros rusos que le alojaron en sus casas y en los denominados “Bike-Post”. Incluso pudo reunirse en Moscú con el embajador de España en Rusia al que expuso el proyecto solidario del Hospital de Monkole. 

Las carreteras rusas son conocidas por el mal estado del firme. Las continuas obras sin vías alternativas, la conducción muchas veces temeraria, los pasos a nivel sin barrera y sin señalizar, y un largo etcétera que hacen que no te aburras ni un solo minuto sobre la vespa. 

No tuvo ninguna caída a pesar de que ocasiones las hubo. 

Hubo sin embargo un pequeño incidente al “pisar” un socavón en la ciudad de Irkutsk que provocó daño en los rodamientos de la dirección. Al no disponer de recambios en ningún taller en todo Siberia (…el mecánico del taller de Irkutsk no había visto nunca una vespa en su taller), JAF Fernández tuvo que hacer más de 2.000 km con la dirección tocada obligando a rodar a contramanillar. Toda una experiencia y un riesgo importante ya que la asistencia en estos países en caso de avería es un asunto complejo… La vespa se comportó extraordinariamente bien a pesar del “tute” recibido. Especialmente es de destacar, comenta JAF, lo bien que se comportaron los neumáticos utilizados, unos ANLAS Touring, que aguantaron un montón de km de asfalto viejo, mucha pista con barro y grava, días de mucho calor y también mucha carga de equipaje. No tuvo tampoco ningún pinchazo lo que hubiera supuesto un retraso importante en sus planes de llegar a tiempo a destino.